De nuevo esta sensación. Me recuerda al afterglow que siento cuando vuelvo a la civilización tras un festival. Sin embargo, esta vez no vengo de un festival, sino de un congreso de cuatro días en la emblemática ciudad de Berlín. Se trata de INSIGHT y lo ha hecho posible la MIND Foundation, una organización alemana sin ánimo de lucro que en muy poco tiempo ha conseguido posicionarse en un nodo bastante importante de la comunidad científica psicodélica.
A diferencia de otros congresos que giran en torno a la temática de los psicodélicos, INSIGHT se caracteriza por presentar una imagen particularmente seria y profesional ya que, ante todo, su intención es capturar la atención y ganarse el respeto de psiquiatras y psicoterapeutas convencionales alejados de los mundos hippies y esotéricos normalmente asociados al consumo de estas sustancias. Se podían vislumbrar varias chaquetas y hasta algún traje, y por supuesto abundaban estilosas camisas florales.
Durante los cuatros días se tocaron varias temáticas importantes aunque el eje central del congreso giraba en torno a la integración de los viajes psicodélicos. Debido a que la pandemia frenó en seco múltiples estudios, no se presentaron demasiados datos nuevos relacionados con las aplicaciones clínicas más allá de los ya conocidos resultados con depresión resistente a fármacos y adicciones. Dentro de este campo, la charla que más me llamó la atención fue la de Henry Whitfield, quien invitó al escenario a Diana, una de sus pacientes, para que ésta compartiera con la audiencia su proceso de transformación usando terapia de aceptación y compromiso asistida con psilocibina. Habiendo nacido enferma y con unos padres incapaces de gestionar el estrés asociado a la enfermedad de su hija, esta paciente vivió una infancia y adolescencia traumáticas que afectaron profundamente a su estado de ánimo y a sus relaciones afectivas.
Diana nos contó cómo, a través de la terapia asistida con psilocibina, y de la mano de Henry, pudo encontrar un amor hacia sí misma y una aceptación hacia su condición médica hasta entonces desconocida. Y a pesar de todos los gráficos que he mirado en el pasado mostrando la mejora psicológica de los participantes en los estudios clínicos, nada se puede comparar con escuchar en primera persona la historia detallada de uno de ellos y ser testigo de cómo, delante de mí ya no se encontraba una mujer asustada y resentida, si no una mujer llena de ganas de vivir y de amar. Más adelante también tuve la oportunidad de conocer a Henry, quien me pareció una persona de una dulzura y gentileza extraordinarias. ¡Espero volver a coincidir con él pronto!
Además de las aplicaciones clínicas, el congreso estuvo bastante enfocado en la forma en la que el uso de estas sustancias debe incorporarse en la sociedad y las precauciones que este movimiento debe tomar. Particularmente impactante fue la charla del Prof. Gerhard Gründer, quien puso mucho énfasis en no sobreestimar el potencial de estas sustancias. El Prof. Gründer hizo una fuerte crítica social, relacionando los problemas de salud mental con la pobreza y, en adolescentes, con la llegada de Facebook y otras redes sociales. A pesar de que el Prof. Gründer habló de cómo la terapia asistida con psicodélicos podía suponer un cambio de paradigma en psiquiatría y defendió como sin lugar a dudas tenía el potencial de ayudar a un cierto porcentaje de la población, insistió mucho en que no son una panacea y en cómo, si queremos mejorar significativamente la salud mental en occidente vamos a necesitar mucho más que introducir el uso de psicodélicos. Aunque creo comprender su mensaje de cautela y estoy de acuerdo con él en que estas sustancias no son para cualquier persona ni pueden solucionar todos nuestros problemas, yo creo ser un poco más optimista. Desde mi punto de vista, las experiencias psicodélicas tienen un gran potencial de transformación individual, y es en esta transformación individual en la que residirá una gran parte de la transformación del sistema que tanto necesitamos. Pero solo el tiempo dirá.
Volviendo al eje de la integración, durante el congreso se ha insistido mucho en cómo la experiencia psicodélica puede no proveer ningún beneficio a la persona si ésta no hace un esfuerzo por darle un significado y por aplicar a su vida las lecciones y realizaciones obtenidas durante el estado alterado de conciencia. En el congreso pudimos aprender sobre dos programas que se han desarrollado con el fin de proveer este servicio a personas que están teniendo estas experiencias fuera de entornos clínicos. Se trata de Beyond Experience y Footsteps. Estos programas han sido diseñados para que individuos que recientemente hayan tenido una experiencia psicodélica puedan reunirse durante unos días en un espacio donde llevar a cabo procesos de integración grupal. Me pareció una idea fantástica que espero podamos implementar en la Sociedad Psicodélica dentro de poco.
Por supuesto, no podían faltar charlas enfocadas en los mecanismos de acción de estas sustancias. Una de las primeras charlas de todo el congreso fue la de Katrin Preller, gran joven científica con un recorrido espectacular. La Dra. Preller ha estudiado y comparado el efecto de varias sustancias en el cerebro y tiene un conocimiento profundo sobre las alteraciones que se dan sobre la actividad cerebral. Recuerdo que en el último INSIGHT se le cedió un muy merecido premio. Este año no acudí a la ceremonia de premios pero vi al Dr.Chris Timmermman, uno de los principales investigadores relacionando la experiencia fenomenológica del DMT con los correlatos neuronales, pasearse con unas flores. Conociendo el gran trabajo de Chris, no me sorprendió que fuese premiado. ¡Enhorabuena Chris!
No quiero alargarme mucho más pero no puedo dejaros sin comentar el claro interés que se respiraba hacia los aspectos más filosóficos e incluso esotéricos de la experiencia psicodélica. Desgraciadamente, las charlas centradas en este contenido se llevaron a cabo en una sala bastante pequeña y para un gran número de personas fue prácticamente imposible acceder a ellas. ¡Ni siquiera haciendo cola 10 minutos antes pude entrar! Al menos tengo el consuelo de que eventualmente podré acceder a estas charlas por internet. Sin embargo, en relación a esta temática, tuve la suerte de atender el estreno de «Descending the Mountain- A story about mushrooms and meditation», una película rodada en las montañas suizas que captura la unión entre la perspectiva mística de meditadores expertos y la perspectiva materialista de neurobiólogos y psiquiatras y explora si la experiencia psicodélica puede profundizar la práctica meditativa . Claramente, los meditadores disfrutaron enormemente de la experiencia psicodélica, y a diferencia de lo que sucede a veces en entornos clínicos o recreativos, no experimentaron en ningún momento miedo o ansiedad. No será fácil volver a acceder a esta bella película así qué si algún día tenéis la oportunidad de verla, ¡no la dejéis pasar!
Además de las múltiples charlas, la conferencia ofrecía interesantes actividades inmersivas. Hubo, por ejemplo, una sesión con Wavepaths, una plataforma diseñada por Mendel Kaelen con la intención de, a través de la música, ofrecer experiencias profundas a los oyentes. Durante esta hora todos los miembros de la sala cerramos los ojos mientras una música de intensidad progresiva actuaba de guía. Puedo confesar que, al menos para mí, este fue un momento de liberación emocional similar al obtenido durante prácticas meditativas.
El congreso también ofrecía la posibilidad de probar la lámpara Lucía, una instalación de luz estroboscópica capaz de alterar el estado de conciencia, aunque la instalación que más me llamó la atención conceptualmente fue una llamada PerSonar, enfocada en alcanzar estados alterados de conciencia a través de las vibraciones de la voz humana propia amplificada con dispositivos tecnológicos. No tuve la oportunidad de probarla ya que cuando fui había una larga lista de espera, pero todo el mundo con el que hablé quedó gratamente impactado. ¡La próxima vez me apuntaré a la lista al principio del congreso!
¿Qué más puedo contar? Hasta ahora solo he hablado del aspecto más informativo del congreso, sin embargo, estos eventos tienen un enorme componente social y he de confesar que a medida que voy a mas conferencias este componente va ganando peso frente al componente mas intelectual informativo. Al fin y al cabo, una siempre puede ver las charlas o leer los estudios en otro momento, pero la oportunidad de conocer a las grandes mentes detrás de este movimiento solo se da cuando estamos todos bajo el mismo techo, y es fantástico. Es fantástico reunirse con amigos de congresos previos, así como hacer nuevas amistades. Aunque no siempre es fácil. Creo que no estoy sola al sentir que en estos entornos una siente una fuerte presión por decir algo inteligente, ya sea una gran pregunta, una gran crítica o una idea interesante sobre investigaciones futuras. Como tal, lo cierto es que suelo llegar llena de miedos e inseguridades, y en más de una ocasión tengo alguna interacción que me quita el sueño por las noches. “¿Por qué dije aquella tontería? ¡Tenía que haber contestado esto otro!” Sin embargo, al final del congreso llega el momento de la fiesta, y aquellas personas que una ha mitificado tras verlas en el podio dando una excelente charla, se convierten en eso, personas. Personas con las que reír y bailar, y hasta con las que compartir miedos y abrazos. Y siempre, siempre, siempre, en cuestión de días, esa sensación inicial de inseguridad, se transforma en una sensación profunda de gratitud y felicidad. Y al igual que cuando vuelvo de un festival, hay un pensamiento que destaca en mi mente y una impaciencia en mi corazón. ¿Cuándo es el siguiente?
Artículo escrito por Irene de Caso.