Micometízate! Sobre contener la experiencia y nuevos proyectos

18 noviembre, 2023
Por Carla Escursell Cols y Oliver Sutton Owen

Los cofundadores de una nueva comunidad psicodélica, After the Rains, comparten su filosofía de conexión y relatan su primer evento en las colinas de los Pirineos.

Era una mañana cálida y luminosa de finales de octubre y un pequeño grupo de personas se había congregado en el aparcamiento frente a El Casino, el bar y lugar de reunión habitual en el pueblo de Alpens, enclavado en las colinas boscosas del Lluçanés. Algunos charlaban de forma familiar aunque la mayoría no se conocían. El ambiente era relajado e imperaba el buen humor con esa particular cualidad de expectación que uno siente cuando se adentra en territorio desconocido; cuando existe un prometedor equilibrio entre la seguridad que ofrecen los elementos familiares 𑁋las personas, la organización, la intención compartida𑁋 por un lado y el gran abismo de todo lo desconocido, por otro. 

La presencia no es un estado pasivo o que viene por defecto, sino un proceso de conexión a cada momento.

Y fue con la intención de presentar nuestro particular enfoque a la hora de combinar lo conocido y lo desconocido que After the Rains organizó su evento inaugural, Micometízate, en colaboración con La Sociedad Psicodélica. Nosotros, Carla y Oliver, creamos After the Rains como vehículo para organizar retiros y eventos que creen comunidad. La visión compartida que le ha dado forma se basa en principios bastante simples con implicaciones de gran alcance. Creemos que la experiencia psicodélica es un catalizador al momento presente. La presencia no es un estado pasivo o que viene por defecto, sino un proceso de conexión a cada momento: con el propio cuerpo, con el grupo y con el entorno natural. Estar presentes implica estar conectado de forma activa y vibrante a la vida que nos rodea y nos atraviesa.

El plan original para el evento era dejarnos guiar por las setas psicoactivas mientras buscábamos setas comestibles. Sin embargo, la sequía de las semanas anteriores nos impidió encontrar setas. Aunque queríamos que el evento mantuviera un ambiente relajado y recreativo, también era una oportunidad para introducir algunas de las técnicas somáticas y de resonancia que habíamos estado desarrollando para los retiros. 


Aparcamos cerca de un manantial a unos dos kilómetros del pueblo y, tras llenar nuestras botellas, subimos a pie por las colinas hasta el claro del bosque donde iba a tener lugar la ceremonia. Esto nos dio la oportunidad de conectar con el bosque y entre nosotros mientras caminábamos, señalando la fauna o reuniéndonos de vez en cuando en torno a una seta para especular sobre la probabilidad de que contuviera psilocibina. Tras media hora de camino, el sendero se abrió en un claro rodeado de bosque y con vistas hacia el sur. Extendimos una sábana y montamos un pequeño altar con grandes piedras planas que se habían utilizado anteriormente con el mismo fin. Cuando todo el grupo estuvo sentado en círculo, presentamos formalmente After the Rains y explicamos nuestras intenciones para el proyecto. 

A continuación, ofrecimos una meditación guiada que, además de aumentar nuestra presencia subjetiva y coherencia con todo lo que nos rodeaba, nos ayudó a ser mucho más conscientes de los sonidos del bosque que normalmente quedan ahogados por la conversación: el viento en los árboles, el canto de un pájaro, el zumbido de un avión en las alturas. Seguidamente, el brebaje se pasó por el círculo y cada uno tomó la cantidad con la que se sintió cómodo, o simplemente lo pasó a la siguiente persona.

Mientras esperábamos los efectos de los hongos, guiamos al grupo en una técnica de vocalización diseñada para aumentar la cohesión individual y grupal. Consistía en crear una secuencia de tonos mientras dirigíamos nuestra atención hacia diferentes zonas del cuerpo, moviéndonos progresivamente desde las caderas y las piernas hasta la cabeza. El objetivo era crear resonancia grupal que reafirmara el grupo a través del sonido y la vibración, facilitando el acceso al nuevo estado de conciencia. Al principio hubo cierta tensión, como era de esperar, dado lo poco acostumbrada que está la gente a usar la voz, pero una vez que las vocalizaciones llegaron a la zona de la garganta y la cabeza, pareció que se producía un cambio colectivo y la gente empezó a vocalizar con más libertad. Quizá no sea coincidencia que empezara a notarse el efecto de las setas.

Tras una vocalización final en la que todos cantaron más libremente, abandonamos estas prácticas y la ceremonia se abrió a para cobrar una actitud más recreativa. Sin embargo, varias personas comentaron que estas sencillas técnicas habían servido para crear un fuerte sentimiento de conciencia de grupo, lo cual resultó tranquilizador y de apoyo para la mayoría, pero un poco opresivo para otros. Así son las dinámicas de grupo.

El acontecimiento ilustra claramente cómo, en este periodo convulso, puede haber llegado el momento de romper la dicotomía entre usos recreativos y ceremoniales y verlos más bien como ingredientes que pueden combinarse y no se excluyen mutuamente.

El resto de la tarde pasó mientras la mayoría socializaba en la naturaleza: algunos se adentraron en el bosque, otros treparon por una pequeña ladera de piedras con impresionantes vistas de Montserrat en el horizonte y otros cantaron y tocaron instrumentos. Esto proporcionó un punto focal al que volvían aquellos que habían decidido pasar un tiempo en soledad. Tras una agitada caminata de vuelta a los coches, el evento terminó en casa de Oliver alrededor de grandes platos de pan casero, pasta y delicioso queso. Es costumbre de After the Rains tomar una comida contundente después de un viaje que nos ayude a bajar al cuerpo. Todo el mundo hizo algo para ayudar: encender el fuego, cortar verduras o aventurarse al huerto a recoger perejil para la pasta con setas.

El acontecimiento ilustra claramente cómo, en este periodo convulso, puede haber llegado el momento de romper la dicotomía entre usos recreativos y ceremoniales y verlos más bien como ingredientes que pueden combinarse y no se excluyen mutuamente. La ceremonia es necesaria para crear una experiencia que pueda tener un impacto profundo, la estructura que da una sensación de seguridad y tranquilidad, como representa el arquetipo del Sumo Sacerdote en el Tarot. Sin embargo, sin la energía del Loco, esta puede ser sofocante, ya que a nuestro entender es necesario el toque lúdico que deja espacio para la libre expresión y el juego. Al igual que todos los arquetipos viven dentro de nosotros y son necesarios para la totalidad de nuestras experiencias vitales, acogemos con satisfacción la sinergia de ambos enfoques para contribuir juntos al arte de viajar en grupo.

After the Rains es una aventura lanzada por Carla Escursell Cols y Oliver Sutton Owen con la intención de ofrecer retiros cuidadosamente preparados y eventos comunitarios que reflejen nuestra visión de cómo se puede compartir la experiencia psicodélica. Adoptamos un enfoque participativo desarrollando técnicas basadas en el movimiento y el sonido como forma de permanecer presentes y navegar por las intensidades del viaje psicodélico. Organizará un retiro en las colinas cercanas a Alpens del 14 al 17 de diciembre. Los interesados pueden ponerse en contacto con Carla (675523727) o Oliver (660118155) o enviar un correo electrónico a info@aftertherains.org.